domingo, 18 de noviembre de 2012

El verdadero debate económico: Europa






Mucho se debate en la actual crisis acerca de cual es el camino correcto para salir de la
situación, en terminos económicos, si con ajustes y austeridad en el gasto público, o con
políticas de crecimiento, basadas en la inyección de dinero público para activar la máquina
productiva y de consumo.
Siendo este debate de expertos en economía un tema interesante, y hasta cierto punto,
determinante en las políticas que se adopten, no deberíamos dejar a un lado el que pienso
es el primer dilema a resolver: ¿Qué modelo de Europa se quiere construir?
Está claro que la crisis y la reseción no está afectando de la misma manera a los nordicos
y a los países del sur, pero si es diáfano que la moneda común, el euro, está amenaza por
igual tanto para los ricos como para los pobres de la Unión, y quedo mas que aceptado,
que la base de la construcción de Europa sería hacer una economía común en torno a una
moneda única.
Un espacio geográfico como el europeo, plagado de viejas naciones con fuertes tendencias
a la hegemonía regional, con culturas variopintas, lenguas de todo tipo y visiones sociales
divergentes, no es fácil, ni tarea de unos pocos años, el hecho de unificarlas en pos de unos
objetivos comúnes.
Una Alemanía con el 6% de desempleo y un acceso a la financiación barato, no puede ser
igual a una España con el 25% de paro (quizá la realidad sea un 15%, debido a la fuerte
implantación de la economía sumergida) y unas dificultades máximas para obtener fondos
en los mercados con los que atender a los gastos corrientes del país.
No podemos creer que una Unión Europea se pueda sostener desde la visión egoista de
paises "saneados" y solventes, ni desde la agraviada de los "endeudados".
El problema fundamental es que para salir adelante en el marco de cámbios globales en
la economía, solo la unidad europea será la salida, pero a día de hoy, esta es más de tipo
cosmético que otra cosa, y a poco que rasgemos un poco en la superficie institucional nos
daremos cuenta que siguen primando los intereses nacionales respectivos.
Como ejemplo de la mentira que es la Unión tenemos a Gibraltar, colonia británica, que
no dispone de flota pesquera, pero que prohibe a sus "socios" españoles faenar en las
aguas del peñon, y utiliza este enclave como plataforma desde la que entre otras cosas,
parasita a la propia España.
Como no se persigue como filosofía de salida, la búsqueda de la igualdad y del bien para
todos los ciudadanos europeos, es por tanto imposible, sobre todo para los que como
España estamos en apuros, que podamos emprender las necesarias políticas para salir de
la crisis y sobre todo, generar empleo y riqueza.
Asi que aunque sea necesaria una reestructuración de los países con más gastos que ingre-
sos, para que puedan sostenerse y pagar su deuda, no es menos cierto, y en eso coinciden
la derecha y las izquierdas de España, Portugal, Italia y Grecia, que hacen falta asimismo
recursos para poner en marcha la actividad, generar crecimiento y empleo, y asi poder
pagar la deuda pública contraida.
Si no lo remedian los actuales líderes políticos europeos, no solo puede irse al garete la
moneda única, sino que la propia Unión se desintegrará en el menos malo de los casos en
Europa del Norte y Europa del Sur, o en el peor, como ya pasa en España con Catañuña
y País Vasco, en un mosáico de pequeños estados, o sea, una vuelta a la Europa medieval.
Si las únicas reformas solo tienen como objetivo el gasto público, el fracaso está cantado.
Si la salida está en Keynes o Hayek, debera ser por igual en toda la Unón, con consenso
y solidaridad, con responsabilidad, con trabajo, pero jamás desde el egoismo de intereses
nacionales por encima de los generales.
¿Cómo venceremos a los retos que nos presentan las potencias como China, India, Brasil,
Rusia o los EE.UU. o la amenaza islámica?
¿Yendo cada uno a lo suyo o formando una federación unida de 500 millones de personas?

Salud camaradas.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

14 Noviembre: Una huelga llamada estafa






Se consumó la segunda huelga general en el 2012, la segunda a un mismo gobierno,
antes de cumplir su primer año de mandato.
Ya tiene el PP y la derecha española un record que sabiamente le ha endosado la
izquierda política, social y sindical, que servirá en un futuro, de referencia peyorativa
a la labor de los timoratos acomplejados conservadores.
Una huelga general, marcada por la teórica oposición a las politicas de Rajoy y a los
llamados "recortes", con las exigencias puestas en la convocatoria de un referéndum
para decidir sobre esa poíticas y recortes, en la que se denuncia "que hay culpables"
y que otras soluciones son posibles.
Está claro que las duras medidas de ajuste están afectando a esos derechos que se
consideraban "intocables", que se están reduciendo las prestaciones sociales y que el
drama del paro no deja de avanzar.
Que las políticas del PP no las comparten muchos ciudadanos está claro, sobre todo
por que no se ven resultados, pero sobre todo por que no se explican adecuadamente,
no se vislumbra un camino de salida para las precariedades en las que se estan viendo
sumidos muchos ciudadanos y no se toman todas las medidas que la población cree
que son más urgentes, como la reducción del tamaño de las Administraciones Públicas
y el desmedido dispendio que la clase política nos cuesta.
Sirva solo como ejemplo de esto último las cuentas publicadas recientemente del costo
de la televisión pública andaluza, Canal Sur, que nos cuesta a los pobladores de la
región con más desempleo de Europa más de 240 millones de euros, un ente que da
empleo a una plantilla de 1600 trabajadores, 400 más que la cadena nacional Antena 3.
Pero estos datos no importan a la izquierda gobernante, la misma que hoy se muestra
a favor de la huelga, y menos a sus brazos mediáticos y sindicales.
Es más, el desempleo les importa muy poco, sobre todo cuando y donde gobiernan
los chicos de PSOE, Izquierda Unida, o cualquier otra sigla relacionada con cualquier
formación de izquierdas.
El último gobierno de izquierdas del PSOE, el del nefasto Zapatero, que fué barrido
en las urnas el año pasado, dejó más de cinco millones de parados, no quiso tomar
ni una sola medida contra la crisis a tiempo y es responsable primero del actual caos
de las cuentas públicas.
Pués esos mismos señores, responsables como los que mas de la actual penuria de
muchas familias, se permiten el lujo de apoyar esta huelga, yo diría casi de forma es-
quizofrénica, con un video que muestra la repugnante utilización de los problemas de
las personas por el solo fin de sus intereses de partido.
Este es el vídeo.
Habla de Sara que se quedó hace dos años, CON EL PSOE en paro, y no recibe
ninguna ayuda, de Pilar, que por la subida del iva a cerrado su tienda, de la abuela
Celia que se ha quedado sin ayudas para que la cuiden, por las cinco del equipo que
se han quedado en el paro por la reforma laboral del PP, de los sobrinos que se han
quedado sin comedor ni transporte escolar, del pobre tío Jesús que le han cerrado
el hospital y tiene que pagar sus medicinas, de Marcos y Andrea que emigraron a
encontrar su primer trabajo.
Lo que estos desalmados no dícen en su vídeo de propaganda castrista es en la más
que absoluta ruina en la que dejaron hace once meses, si, ONCE meses, las arcas
públicas, endeudados hasta las orejas y sin fuentes de financiación, por lo que Pilar
no recibe ninguna ayuda, han tenido que subir el iva ahora, no se le puede seguir
dando las ayudas de la ley de dependencia a la abuela Celia, que las cinco que se
han quedado en paro del equipo por la última reforma laboral se unen a las otras
siete que ya se fueron antes con el PSOE al paro, que no han dejado ni un euro en
la caja para pagar el transporte y el comedor escolar de los sobrinos, mantener el
hospital del tío Jesús abierto y cubrir sus medicinas, y sobre todo, que Marcos y
Andrea han tenido que emigrar de Andalucía con un 36% de desempleo, ya que
Psoe e Izquierda Unida que gobiernan en esta región no son capaces de ofrecer
las condiciones para que se cree empleo y no se tengan que ir.
Y no hablan de las facturas sin pagar a proveedores, escuelas concertadas, farmacias,
guarderías, etc.
Auténtica basura, despreciable demagogia de los que ahora quieren aparecer como
inocentes y salvadores del pueblo, ayudados por las huestes de liberados y vividores
sindicales, los cuales marchan hoy juntos bajo la misma pancarta.
Esta es una huelga estafa, con fines espurios, que hace mucho daño a la economía de
un país al borde del rescate y no digámos a su imágen y credibilidad.
Quieren señalar al PP y al gobierno de Rajoy de ser los únicos resoponsables de la
crisis que padecemos, y solo basta echar un vistazo a la corrupción que campa a sus
anchas por España, para saber que son TODOS responsables y culpables, y que no
llegarán las soluciones desde unos sindicatos anclados en el siglo XIX, que no ven
o no quieren verlo, como el siglo XXI es el siglo de los cámbios socioeconómicos y
que o nos adaptamos a eso, o sucumbiremos en la pobreza y el desempleo crónicos.
Solo hay algo claro después de este infame día de manipulación.
Mañana seremos un poco más pobres y seguiremos sin financiación para crear empelo
y mantener los gastos sociales.

Salud camaradas.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Europa ante las tríbus







Es triste reconocer que al final, el trabajo de adoctrinamiento realizado durante los treinta
últimos años han dado frutos para el nacionalismo en Cataluña, y quizá muy pronto en el 
País Vasco.
El mundo del futuro que ya está aquí será dominado por las grandes naciones estado con
millones de kilómetros cuadrados y  cientos, sino miles, de millones de habitantes, en dura
pugna por los mercados y por los recursos.
Hace años que sabemos que la vieja Europa no podrá sobrevivir en su modelo actual si no
es capaz de unirse ante la amenaza que supone el expansionismo chino, la pujanza india o
la fuerza de Brasil y la amenaza de la desequilibrada Rusia, sin contar con la eterna lucha
por recursos del gigante norteamericano.
Con una moneda fuerte, un mercado interior estrictamente regulado y una política exterior
unificada, los europeos aún tendríamos que decir mucho acerca de como se construye el
futuro del planeta y la defnsa de nuestros principios e ideales.
Pero lamentablemente, y con parecida enfermedad que el mundo islámico por el sectarismo
que impide su unidad, los europeos, ante los retos y las grandes dificultades que los cambios
están provocando, siendo la crisis económica un efecto de ellos, tenemos la mala y ya muy
arraigada costumbre de buscar en la tribu, el grupo, la lengua y las banderas el refugio ante
la tormenta.
Buscar la unidad de todos reafirmando las diferencias, y a veces los odios y rivalidades de
antaño, es la enfermedad que destruirá a Europa si nada, como parece que será, lo evita.
El caso actual de Cataluña, azotada como el resto de España por la brutal reseción, es un
claro ejemplo de lo que significan los partidos nacionalistas y las políticas diferenciadoras
en el contexto europeo, y esto es, que intentar hacer valer los derechos y beneficios de
unos contra otros, de unas partes sobre otras, y eso, de ninguna manera puede ser el espi-
ritu de una Unión.
No son pocos los que se quejan de la actitud alemana respecto a los países del sur por
su visión restrictiva de los presupuestos estatales y la autorización al déficit, pero es que
lo que los nacionalistas catalanes enarbolan contra España es lo mismo que hacen desde
Berlín, defender principalmente los intereses de una nación sobre otras, lo cual quiebra
todo atisbo de unidad o federación entre estados que buscan un fin común.
Ricos contra pobres, capitalismos contra capitalismos, lenguas contra lenguas, identidad
por encima de solidaridad, ese es el camino de los países europeos, y como no, de los
actuales mandatarios de Cataluña.
Han preparado treinta años su salto al primer plano del egoismo socioeconómico, donde
para nada tienen en cuenta que los catalanes han sido lo que ahora son gracias a que se
han sabido interrelacionar con el resto de los españoles y hacer grandes negocios para
que ahora vendan que ellos serán la cuarta renta per cápita en Europa, que vivirán mejor,
serán más prosperos y saldrán de la crisis descorchando botellas de cava por las calles.
Es la gran falacia del nacionalismo, como ya hiciera el nacionalsocialismo en Alemania y
en todos lo lugares del mundo donde triunfa.
No puedes construir una Europa unida, donde unos se hagan ricos y tengan más, a costa
de otros que deben vivir con lo justo y a poder ser menos cada día, ya que esto conducirá
a la reaparición de los resentimientos de unos pueblos contra otros, y volverémos como
en el pasado a las divisiones y las luchas fraticidas.
No puede haber una Europa basada en un país europeo que es expulsado de un sitio y
es reemplazado por otro país europeo, y que este defienda ante terceros sus intereses o
que en política exterior cada uno defienda lo que más le convenga.
El proyecto europeo se resquebraja sin que haya políticos de altura que reconduzcan la
situación y empujen definitivamente hacia la unidad y la cohesión entre todos los pueblos.
Estamos en el mismo problema de atomización que ha sufrido Europa desde la caida del
Imperio Romano, en la pugna de tribus contra tribus, de feudos contra feudos, de reinos
contra reinos, de naciones contra naciones.
Cataluña es el último episodio de esta tendencia suicida, al que quieren seguir flamencos,
escoceses, vascos y otros.
Luego nos rasgaremos las vestiduras por nuestra perdida de competitividad en el mundo
y por la desaparición progresiva de eso que tanto nos preocupa como lo es el llamado
Estado del Bienestar, que no es más que la reglada redistribución de la riqueza generada
hacia todos los estratos sociales.
Ahora que los sindicatos nos lanzan a una huelga general contra las políticas de "recortes"
del gobierno de la nación, quizá deberían empezar a reflexionar sobre el terremoto que se
avecina para España, y de que en el peor de los escenarios, estos ajustes tan criticados
se quedarán en pañales ante lo que significaría la perdida para España del 20% de su PIB
por la separación de Cataluña, y para los hermanos catalanes perder casi el 40% de su
riqueza y las impredecibles consecuencias de su salida de la Unión Europea.
Hay que combatir con vigor a los nacionalismos en la Europa del siglo XXI, no con las
armas como en el pasado, sino con la educación de todos en la conciencia de que somos
una federación de iguales en un territorio que es de todos por igual y por el que haremos
todos los esfuerzos necesarios para mantener la unidad y la solidaridad entre pueblos.
Contra la tribu, más Europa.

Salud camaradas.