Sigue pasando el tiempo de gobierno en el "oasis" andaluz, convertido en cuarteles
de invierno de socialistas y socios comunistas, y no hay pulso político.
Incapaces de articular ninguna medidad para luchar contra la emergencia nacional
que en Andalucía supone el desempleo, se dedican a pasar el tiempo metidos en
sus quehaceres de organizaciones sectarias, y lo único por lo que se preocupan es
por la típica agenda de izquierdas de país mediterráneo, esto es, propaganda y
algúna medida llamativa, que poco solucione a la mayoría de ciudadanos, y sobre
todo, mantener las estructuras y redes clientelares que los mantienen en el poder.
La única receta que encuentran estos amigos del dinero y la productividad ajenas,
son los llamados "estímulos" económicos al crecimiento, que no es más que pedir
más dinero prestado con cargo al déficit público para avivar el consumo y hacer
que crezca la economía.
El problema de esta teoría económica de gandules es que es necesario que alguien
preste el dinero, y que tú puedas devolver lo prestado.
Casos como el de los tunantes griegos no han hecho más que dificultar que presten
dinero, si al final no te lo van a devolver o en el mejor de los casos, perderás una
parte importante de lo invertido, vamos, eso de las famosas quitas.
Cada vez hay menos inversores que quieran poner su dinero en una región que de
la noche a la mañana cambia las reglas de juego, y se saca de la manga una ley de
expropiación hipotecaria, que aparte de cerrar el mercado a la inmensa mayoría
de ciudadanos, elimina cualquier confianza que un inversor demanda.
Cada vez hay menos inversores que quieran poner su dinero en una región que si
no fuera por el aval de "papa" Estado, estaría quebrada, y no podría hacer frente
a sus deudas y pagos corrientes.
Cada vez hay menos inversores que quieran poner su dinero en una región en la
que el 60% de la población en edad de trabajar tenga que sostener al resto del
100% de la gente censada y que sostiene unas estructuras más propias de un
país como Belgica, Holanda, Suiza o Dinamarca, pero sin su ruiqueza.
Cada vez hay menos inversores que quieran poner su dinero en una región en la
que la corrupción de partidos políticos y sindicatos alcanza a todos los estratos
de la economía y la sociedad, haciendo estos de Andalucía una comunidad en la
que las Instituciones Públicas en vez de estar para servir a los ciudadanos esten
para uso y disfrute sectario de las organizaciones que las han "secuestrado" y las
han puesto al servicio exclusivo de afiliados y simpatizantes, aparte de la legión
de políticos profesionales, que se han garantizado unas cómodas existencias sin
más exigencia que haber hecho carrera dentro de cada organización.
Casos como el de la próxima Presidenta de la Junta, Susana Díaz, pueden ser
muestras perfectas de lo expuesto: sin nada de curriculum profesional que avale
tan alto cargo ni mayor mérito político a sus espaldas.
Y a estos tecnócratas designados por las organizaciones para que mantengan
los pesebres del ejército de paniaguados a 3000€ mínimo por cabeza, ¿creen
que podrán diseñar un plan o proyecto que saque a esta pobre región de todos
los problemas que la asolan?
Pués lo peor es que los ciudadanos andaluces, quieren más, mucho más.
Hundidos en la miseria económica, asolados por un desempleo digno de un país
en estado de catástrofe, la opción de socialistas y comunistas sube de un 51%
de intención voto en 2012, a un 57% en las últimas encuestas de 2013.
Y es que los andaluces, lejos de mirarse el ombligo, buscan en los casos de
corrupción del Partido Popular y su política de ajustes y recortes un asidero
dogmático al que agarrarse y esperar que los vientos del norte arreglen todos
los desajustes del sur.
Pero el problema, el gran escollo, es que esos movimientos tectónicos de la
economía no se van a volver a producir como en el pasado, ya que si algo ha
quedado patente en esta crisis, es que cada palo debe aguantar su vela, y eso
sin pensar que sería del resultado hipotético de una independencia catalana.
En Andalucía, lejos de lo que podría suponerse en cualquier nación civilizada
de Occidente, el desempleo más que un estigma o una rémora es una baza
que juega a favor de la organizaciones de izquierda andaluzas, que a través
del subsidio y la subvención durante muchos años, han aletargado a toda la
población en una existencia cómoda al menor costo posible de esfuerzo, y
de paso, poner los ingredientes para la expansión de una economía informal
y sumergida, que explíca claramente el porque del no estallido social.
En provincias como Cádiz, la economía sumergida supone ya más del 40%
de la actividad, con lo que solo a través de los mecanismos de solidaridad
intercomunitarios, los mismos que los catalanes critican, a veces con razón,
se pueden mantener los servicios sociales y las prestaciones públicas.
Siempre dije que la principal diferencia entre España y Marruecos era que
aquí se pagan impuestos y cotizaciones y allí no.
Andalucía gracias a los gobiernos socialistas y la actual ayuda comunista,
avanza claramente, con la participación activa de su población, hacia una
especie de desreconquista, a una magrebización económica.
Y es tal el estado de impunidad y mezquindad en la que se han instalado
políticos y sindicalistas en esta tierra, que hasta el desempleo se ha visto
convertido en una oportunidad de negocio y beneficio, como dejan claro
los recientes caso de los ERE fraudulentos y el presunto desvio de fondos
de formación para desempleados por parte de los sindicatos.
Andalucía es un gran cortijo, el latifundio de progres e izquierdistas, buen
ejemplo de la gran mentira que es el socialismo y rincón de difusión de
las chorradas comunistas.
Desgraciadamente a los andaluces, más de la mitad, esto les gusta.
Salud camaradas.